2.8.10
Hay días en los que me siento completamente fracasada. Me siento una legumbre en mi vida, como que no controlo nada. Ni lo que me rodea, ni la gente. La gente es arena. Se me escapa de mi vida así..tan fácil. Hay días en los que quiero gritar hasta qe se me ahogen los pulmones un algo que nose qué es. Quiero insultar a ese nosequé y decirle que odio a ese queseyo, que todo "eso" es una porquería. Quiero subir al balcón, vivir sola en mi mente para que no me importe si son las tres de la mañana y se me antoja un buen grito. Quiero llorar y no llorar. Quiero correr y no correr, porque por más que lo haga tengo la sensación de que no voy a llegar lejos. Me siento rara, hay días en los que me siento rara. Y suele ser cuando nosé lo que quiero. Soy una persona con metas, propósitos...futuro, y hoy, días como hoy, siento que no lo tengo. Es que el futuro es mañana y cuando quiero vivir el hoy es un vacío tan grande. "Estás arisca". Es que nada me viene bien, porque nosé a qué quiero gritarle, con quién o qué quiero pelearme, a quién reclamar o a quién recurrir para consegir ESO, que no sé que es. Hay días en los que no me importa nada, no hay nada que sea de mi interés, ni nada que me asombre. Por lo tanto no hay nada que escuchar ni nada que leer. Nada en qué pensar o imaginar. Porque no hay nada que quiera hacer. Nada me gusta de mí, ahora, y recuerdo que siempre es así, pero hoy no hay NADA por lo que quiera vivir, pero cuidado...no hay nada por lo que quiera morir. Indiferencia total, y totalmente ambigua cuando se contra-arresta con la realidad de que acostarse es capaz la más sensata de las decisiones, en unas horas capaz piense diferente. Acostarme y esperar que se me haya pasado. Ahora lo que si bien distingo en días como hoy, es el miedo que me genera levantarme y que vuelva a ser así...para siempre.
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