Justo cuando pensé que el dolor sería más grande, que podría ésta vez ganarme definitivamente, ganar qué palabra. Justo cuando creí tocar fondo, y se me enseñó que hay más allá de lo profundo del mar, más allá hay un fondo, que no muchos tocan, justo cuando luchaba por un poquito, un mínimo de aire en el pulmón derecho, porque el izquierdo estaba mareado de intentos, justo cuando pegaba arañazos de ahogada, fue cuando apareciste Vos, sí vos que estabas escondida. A Vos te digo, la otra yo que me levantó todas las mañanas diciendo que no sólo habría algo mejor esperándome, sino que me lo merecía y podía ser felíz, porque el mundo no es justo pero el tiempo lo dice todo. A Vos te digo, desde que estás la vida brilla para mí otra vez, sé que hay muchos peces en el mar (y por más que suene trillado y cursi) del amor, pero lo que me hiciste ver, lo que mejor te sale, y lo que más me costó entender, y más me sirvió : hay muchos peces en tu pecera de la amistad, que no sabés bien de qué color son. Prestarle atención a aquellos de quien no sabía ni su color de escamas fue, es y será el mejor consejo. Si mi pez favorito se estancó, es cuestión de respirar y pasar otra vez una etapa, aceptarlo, seguir adelante. Seguir adelante, qué término, qué conjunción de palabras. Bajo qué condiciones sólo las sabré yo, pero una certeza tengo: lo que empieza bien, termina bien. Por eso no te sorprendas si me ves buscando una estrella fugaz, o balbuceando cuando pase por abajo de un puente y pase el tren, o pidiendo tres deseos cada vez que ato una pulserita, porqué?, sí, a vos que leés y pensarás que no tengo vida, a vos te quiero decir: NO, sí la tengo, pero la empecé a vivir.
Y si querés estar adentro, tocá mi puerta, o mandame un mensaje al celular (éste estúpido siglo veintiuno)
burlaburlandoyavanseisdelante. yanohayteamosenestascosasconjuntas.
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